Los modelos pedagógicos tradicionales, en los que se han formado generaciones de docentes, limitan la práctica educativa en el aula al pizarrón, la tiza y la voz. La innovación más importante durante las últimas décadas, en la mayoría de los establecimientos educacionales municipalizados chilenos, ha sido la pizarra acrílica, el plumón y el proyector, con el soporte de un computador. La implementación de Realidad Aumentada (RA) o el código QR, están lejos del paquete de herramientas en la labor educativa en estos colegios o Liceos del país.
En lo que se refiere a la incorporación de las Tecnologías de la Informática y la Comunicación(TIC), podemos ver salas especiales para el uso de computadores, dónde instructores o profesores se trasladan para enseñar el uso del Internet en el apoyo educativo. La realidad en el resto de América Latina, no dista mucho de esta fotografía, pese a los esfuerzos que se han desplegado en la integración de las TIC en la sociedad y en sus sistemas de Educación, la cobertura no llega todos/as por igual.
Programas como “Computadores para educar” en Colombia, “Programa Nacional de Informática Educativa” (PRONIE) en Costa Rica, “Conectar en Igualdad” en Argentina o “Red de Enlaces” en Chile, entre otras políticas públicas, no llegan a ser parte de todo el sistema educativo que, cómo ya se ha dicho en diversos informes, se caracteriza por tener altas brechas económicas y desigualdades geográficas.
La labor docente ha comprobado que introducir un conjunto de medios, de materiales didácticos en el proceso de aprendizaje facilita y aumenta los logros en la enseñanza. En este contexto, la incorporación de las TIC al ámbito de la educación, representa una revolución en la comprensión del mundo que nos rodea y si se añade la incorporación de los dispositivos móviles, el resultado es una herramienta poderosa interactiva que ofrece la característica de conectividad y acceso inmediato a los contenidos.
La Realidad Aumentada (RA) y los códigos QR llegaron a revolucionar la forma en que hoy se puede acceder a la información, al interior de los ambientes educativos. La innovación de los códigos QR, consiste en poder conectar objetos reales con cualquier contenido web, sólo usando un dispositivo móvil, que tenga la aplicación para leer estos códigos, en cualquier superficie, ya sea impresa o en pantalla. Su aplicación es variada, desde las matemáticas, Biología, Historia, Geografía, Astronomía, o incluso en la realización de estudios de comportamiento. Imágenes tridimensionales a escala real, georeferenciación, audios, etc., es llevar la ciencia ficción al aula.
En los primeros días de agosto, cerca de 120 profesores participaron de un seminario fruto de la alianza entre Google y el ministerio de Educación. La jornada que se realizó en la ciudad de Antofagasta, se enmarcó en cumplir con el objetivo de crear una “Ciudadanía Digital”. En el verano de 2017, se capacitaron cerca de 400 profesores. Las cifras aún no hablan de una formación y capacitación heterogénea en los educadores, mucho menos podría pensarse que éste conocimiento pueda ser parte de todas las aulas en el país.
Dicho en otras palabras, formar a un docente bajo esta concepción interdisciplinar, conduce necesariamente a un impacto integral en la educación, a través de un mayor conocimiento del sistema nervioso central, se pueden obtener mejores resultados en la atención voluntaria, la memoria, la imaginación creadora, el pensamiento y el lenguaje, que en la etapa inicial de los seres humanos resulta relevante.
Este foco, tiene presente además la visión y la voluntad política, reflejados en tratados de derechos humanos internacionales, en los que se cautela el derecho a la educación y “su interrelación con otros derechos humanos”. Todo ello en pos de garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, que permita aprendizajes durante toda la vida formativa y al alcance de todos y todas.
A la luz de estos datos, tanto la calidad, como la cobertura de la educación inicial, pública sigue siendo desigual en Chile. La calidad y el acceso de oportunidades educativas solo se encuentra en los estratos más altos de la sociedad.
Si bien hay ciertas iniciativas que consisten en enviar leyes al parlamento para acortar las brechas en la educación inicial, aún es necesario desarrollar dinámicas de interacción entre el gobierno y las escuelas, que no solo se den en el ámbito presupuestario, sino también en la innovación de la formación de profesionales docentes, en la malla curricular, y en la valoración de este nivel, con su proyección educativa mirando hacia el futuro, con seres humanos formados integralmente.
Desde comienzos de 2010, fecha en que irrumpen los aparatos llamados smartphone (inteligentes), en su mayoría, cada estudiante cuenta con uno de ellos, incluso, presentan dependencia de sus teléfonos móviles, dónde guardan los datos más preciados. Para los profesores, es un problema realizar clases con estudiantes pegados a sus “pantallas táctiles”. Pese a ello, la instrucción necesaria y la formación para aplicar esta tecnología al aprendizaje de los contenidos educativos, está lejos de llegar a sus vidas.
El desafío es meteórico, si en cada escuela o liceo municipalizado, las y los estudiantes cuentan con un dispositivo móvil desde dónde acceder a estas realidades virtuales o RA, con aplicaciones que lean códigos QR, se podrá decir que existe ese acercamiento a cumplir con las metas del milenio. Formar una “Ciudadanía Digital” es contar con datos cuantitativos y cualitativos, de los avances que se logran con las TICs y el impacto que tienen en el traspaso de conocimiento e información en todos los espacios educativos, sin distinción de clase social, o espacio geográfico en el que habita.