Se ha insistido en múltiples foros y debates que la Revolución científico tecnológica, la Educación y la Integración educativa, desempeñan un papel fundamental y prioritario en el desarrollo de las naciones, sobre todo en momentos que existe la tendencia a la integración regional y global.
También se enfatiza que el debido acceso a la Educación Superior permite superar las brechas de desigualdad social. Sin embargo, en los estudios recientes, sobre todo en lo que se refiere al modelo educativo chileno, persiste la crítica que la Educación por si sola no garantiza la movilidad social, ni logra la expectativa de un mejor empleo o salarios.
El acceso a la educación superior, es sólo una variante en este entramado, hay quienes plantean que se necesita un marco económico y político distinto para poder terminar con la pobreza en los países. La Educación, si bien es un instrumento, también es un derecho inalienable, por tanto, al abordar las políticas públicas no hay que olvidar tener presente el enfoque de Derechos.
«La Educación, si bien es un instrumento, también es un derecho inalienable, por tanto, al abordar las políticas públicas no hay que olvidar tener presente el enfoque de Derechos.»
Según la Unesco, dentro de los objetivos de la Agenda 2030, el aporte “de las ciencias, la tecnología, la innovación son indispensables para que se avance en las direcciones deseadas” que permita a los países y sus ciudadanos, emprender acciones para superar la pobreza. Entre ellas se destaca el acceso pleno a la Educación, agregando que “Estos aspectos llevan a insistir, una vez más, en la necesidad de una población científicamente preparada, que no sea simple espectadora pasiva de los problemas que imposibilitan mayores progresos hacia sociedades sostenibles, más justas y equitativas”.
El Sociólogo. Director de Investigaciones del Centro de Estudios para la Igualdad y la Democracia (CEID), Daniel Giménez, sostiene que la Educación Superior en Chile plantea dos problemas centrales que deberían estar presentes en el debate contingente.
El sociólogo, afirma que existe “un problema estructural, que es grave, en la educación chilena. Reproduce la desigualdad social en la calidad de la educación que imparte”. De acuerdo a las reglas que se han delimitado para la implementación del Crédito con Garantía Estatal (CAE), beneficio del Estado a estudiantes con menores ingresos económicos y que cuenten con “mérito académico”, las universidades se habrían visto obligadas a bajar sus estándares de exigencia en los contenidos, “de lo contrario, ningún joven de liceo de comuna marginal podría aprobar los ramos. Hay que recordar que una de las exigencias del CAE es mantener una cierta tasa de estudiantes, si la deserción aumenta, se pierde el financiamiento y las universidades pierden su principal fuente de ingresos”, concluye Daniel Giménez.
Para el director de CEID, después de 15 años de haber adoptado este sistema, se pueden apreciar claramente el fenómeno de la sobresaturación del mercado laboral de la mayor parte de las profesiones y la baja en la calidad de los profesionales que se pueden contratar en Chile. Según destaca, “se puede evidenciar a través de cosas relevantes y a la vez básicas cómo las capacidades de expresión escrita y los conocimientos matemáticos, entre otras que tienen que ver directamente con la profesión estudiada”.
Ello, estaría impactando de forma negativa en el mercado laboral, con las consiguientes baja en los estándares laborales y la precarización de los sueldos. Además, existe otro problema más de fondo y que tiene que ver con la investigación científica y las publicaciones.
En lo que se refiere al panorama regional de investigadores, según un estudio de Análisis bibliométrico sobre la producción científica archivística en la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe (Redalyc), durante los primeros años de la década de los 2000, América Latina representó el 8% del total de la población mundial, con apenas el 1,6 % de las publicaciones científicas mundiales, el 0,2% de las patentes y el 0,2 del conocimiento aplicado. En este estudio, Chile reportó la publicación de 7 artículos.
Si terminar con las desigualdades sociales y acabar con la pobreza son las metas de los siguientes años, y la Educación juega un rol clave en estos objetivos, el debate debería estar centrado en la calidad que se está impartiendo en las Universidades, y en este contexto, preguntarse cuál será el panorama de los siguientes 20 años, para el desarrollo de las naciones, en especial de Chile.